miércoles, 10 de agosto de 2011

DÍA 9: HAMPI (3 parte)

Me levanto expresamente para pillar el baño de la elefanta (me he enterado que es hembra y se llama Laksmi). Justo llego al gath y acaban de empezar con la faena. Media hora se tira el cuidador lavándola. Le va diciendo y el animal va cambiando de postura. Cuando más le gusta es cuando le rascan por atrás. Curioso de ver. Al acabar, Laksmi se va a empezar su jornada laboral en el templo y yo me voy en busca de una bici para moverme entre todas las ruinas que pretendo ver esta mañana. Me cobran 40 rupias (66 ccéntimos de euro) por alquilar una bicicleta todo el día. La bici está prou bé. Aunque se echa en falta un plato más pequeño para alguna de las rampas que me toca subir. Cap problema, será como un entreno.


Pues me pongo a pedalear, y durante más de tres horas disfruto con la bici como cuando íbamos hasta Cornudella hace 20 años. Se lo recomiendo a todo el que esté mínimamente en forma si cae por Hampi. Pedaleo 5 minutos, me aparece un templo, lo visito. Otros 5 minutos, otro templo, ... visito templos, estatuas y ruinas hasta perder la cuenta. Te puedes pasar un par de días y creo que no lo verías todo. Acabo llegando a lo que se conoce como el centro real. Interesantísimo, destacan unos establos donde el rey guardaba los elefantes, impresionante.


Cuando vuelvo al pueblo, saludo a Ander y Javi que están dedicando esta mañana a trabajar por internet en su proyecto, quedamos luego para comer en el Mango Tree.

Ahora inento encontrar unas cascadas que señala la guía a un kilómetro, pero nada. En teoría están a 1 km, pero yo sigo el curso del río 3 o 4 kms y ni rastro de waterfalls.

Me queda un templo importante, el de Vittala. Podría ir dando un rodeo largo con la bici, pero opto por dejarla a medio camino y seguir andando también bordeando el río. En un rato llego, y una vez más, un templo impresionante. Este destaca por un carro de piedra curradísimo, que se ve que en su día, hasta podían moverse las ruedas.Vale la pena.

Ya devuelvo la bici. Subo a una colina con vistas para relajarme, y en seguida es la hora en la que he quedado con Ander y Javi.

Vamos al Mango tree y otra vez muy agradable. Creo que si estuviera 6 días en Hampi, comería 6 días en el Mango Tree. Otra conversación relajada, con la calma. Quizá les meto demasiado rollo de cultura india, pero cuando me sacan el tema, me gusta explicar lo poco que sé.

Ya me toca despedirme de ellos. Se van hacia el Oeste. Uno de sus objetivos (aunque más de Belen y Mari Luz) es de hacer de extras en una peli de Bollywood. Por lo visto, buscan occidentales para hacer de clientes de bares y demás, en escenas de baile, y no es tan difícil que te cojan. Si pisara Bombay, también lo intentaría, pero no será el caso.

Cuando vuelvo a quedarme solo, me voy a internet y por primera vez llamo a España. Hablo un ratillo con la María, me amenaza de muerte si no compro regalos al niño apadrinado que veré en un par de días y por lo demás muy bien.

Me voy con tiempo de sobra para Hospet, porque me apetece cruzar ese pueblo caminando. Le digo al del rickshaw que no me lleve a la estación de tren, que me deje a un par de kilómetros, y voy caminando. Vuelvo a tener mucha suerte, porque justo cuando estoy llegando, cae de golpe el monzón. Sólo pillo 30 segundos.

En la estación hasta puedo enchufar el portátil y espero el tren tranquilamente viendo series y escribiendo.

El tren llega con un poco de retraso, y pasada la 1 a.m. llego a Anantapur. Tengo un feeling especial. Rickshaw caro, pero no tengo mucho margen de regateo a estas horas de la mañana. Directo a la RDT, la sede central de la Fundación Vicente Ferrer. Pese a ser casi las 2, me están esperando. Me acompañan a la habitación en la que voy a estar 4 días sin tener que pagar un duro (también me darán de desayunar, comer y cenar). Alucino. Mejor que muchos hoteles en los que he estado en Europa. Estoy bastante hecho polvo, y me voy a dormir. A las 8:30 ya tengo que presentarme a los respaonsables de la fundación.

Estoy muy feliz.

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