sábado, 20 de agosto de 2011

DIA 20 - MADURAI





Otro madrugón voluntario, quiero llegar lo más pronto posible a Madurai, por lo que a las 6:30 ya estoy en la parada de bus. Menos mal que llego pronto porque el autobús se acaba petando y no es plan de ir 4 horas sin asiento.

El trayecto es agradable como a la ida, ahora se bajan puertos de montaña con paisajes muy atractivos.

A los occidentales hay varias costumbres (o su ausencia) que nos incomodan bastante. Incluso hay gente que se agobia mucho y les condiciona su impresión de la India en general. Me refiero a la costumbre de no ejercer ningún control sobre pedos, eructos, escupitajos, etc, los sueltan en cualquier momento. Pues siempre suelo poner de ejemplo (no es mío, es el ejemplo más habitual) para relativizar las cosas que a ellos les parece increíble que nos sonemos los mocos en un pañuelo y lo guardemos en el bolsillo, les repugna profundamente. Pues en este autobús lo confirmé. Mis compañeros de fila, que no sabían nada de inglés, se callaron un buen rato pero no pudieron aguantar y me hicieron gestos para que abriera la ventana y tirara los múltiples kleenex que me estaba guardando en los bolsillos porque la manta del Greenland me puso falta por la alergia.

Cuando llego a Madurai, voy a la estación de tren, dejo allí la mochila porque por la noche ya cojo tren hacia Chennai y ya andando me voy hacia la principal atracción de esta ciudad, de todo Tamil Nadu y hay quien dice (a mi me parece exagerado) que de todo el sur de la India. Y es que al templo de Sri Meenakshi a veces se le llama el Taj Mahal del sur. Habiendo estado en los dos sitios la comparación es absurda. No tienen nada que ver una cosa con la otra. El Taj Mahal es un edificio de una belleza suprema, pero sólo es una "tumba privada"; el Sri Meenakshi arquitectónicamente es impresionante, pero tampoco destaca respecto a otros muchos templos, lo que tiene de especial es que es mucho más grande de lo habitual y sobretodo que dentro tiene muchísima vida porque siempre hay multitud de peregrinos que le dan al templo una espiritualidad que sobrecoge a cualquiera.

En la guía advierten de timos habituales alrededor del templo.Sastres pesados que te cuentan milongas para que no entres al templo y subas a azoteas suyas donde luego te agobian para que compres ropa. Pues esta vez me venían con la historia literalmente como dice la Lonely, tienen que renovar las tácticas urgentemente.

Entro al templo y me estoy hasta las 12:30 porque cada día lo cierran a esa hora, hasta las 16:00. Disfruto mucho la experiencia, aunque no hay elemento sorpresa porque ya´sabía como era el templo por dentro y porque en Kanchipuram viví una experiencia similar. Creo que hoy debe ser el día de Ganesh porque hay grandes colas alrededor de una estatua del Dios elefante, uno de los más populares de la India.

El rato que está el templo cerrado lo aprovecho para comer, callejear por la ciudad (menos caótica de lo que me esperaba) y acabar visitando el palacio de Tirumalai Nayak. Aunque está medio derruido, vale la pena. Me ha impresionado, y este año, al contrario que en el Norte he visto muy pocos palacios/fuertes. Vale la pena buscarlo.

Vuelvo al templo un poco antes que lo reabran porque quiero ver las colas que me imagino que habrá para entrar, y efectvamente, impresionante la de peregrinos, en este caso, bien organizados, separados por sexos, que se agolpan en las muchas puertas que tiene el complejo del templo. Otra vez me persiguen sastres mientras doy vueltas alrededor del templo, pesaditos...

Entro por segunda vez al templo, ahora por la tarde aun hay más vida que por la mañana. Sigue siendo impresionante.

Salgo un rato para buscar internet, beber algo tranquilamente, llamar a España y esperar que se haga de noche para entrar por tercera vez. En la entrada me encuentro a Quique y Cristina que acaban de llegar y van a entrar por primera vez. Me dicen que les está gustando Madurai y que se van a quedar un par de días. Al reencontrarlos, como me ha pasado con otros, tengo la sensación de conocerlos desde hace años no horas, aunque quizá acaben siendo efímeros (espero que no), son geniales los vínculos que se establecen viajando.

Cuando anochece vuelvo por tercera vez al templo, cada vez hay más actividad, me gusta más la experiencia que las otras veces, pero no me puedo quedar a una procesión que se hace diaria con las imágenes de Lakhsmi y Vishnu, una pena, pero no me quiero arriesgar a perder el tren. En esto, me paso de prudente, pero siempre me gusta llegar a las estaciones con por lo menos una hora de margen por si pasara cualquier cosa.

En consecuencia, no tengo cap problema para coger el tren. Este trayecto lo reservé desde Barcelona, antes de venir, pero ya estaba casi completo. Tuve que coger primera categoría, cuesta el doble de lo habitual. Tengo10 horas por delante hasta Chennai, a ver si vale la pena el sobreprecio...

miércoles, 17 de agosto de 2011

DIA 19 - KODAIKANAL (Dia 2)





Me despierto temprano como habitualmente, recojo, salgo de la habitación, en el salón no hay rastro de los porreros. Estarán durmiendo, si que se ven los restos de su juerga: botellas y colillas.

Contra pronóstico, saliendo del pueblo aun me encuentro seres humanos despiertos, que no pierden la ocasión de volverme a ofrecer drogas varias. Me dirijo caminando primero por una carretera y luego por una pista y luego por un bosque a Kodaikanal, en el primer "trekking" del día. Diría que pateo más de 5 kilómetros. El paisaje es precioso, me cruzo con varios monos que me miran con curiosidad. Pero lamentablemente hay bastante niebla, tiene mala pinta, no parece que vaya a esparcirse mucho en todo el día.

Camino de Kodai paso por una de las iglesias en las que se está haciendo el festival. No son ni las 9 de la mañana pero hay mucho movimiento. Incluso están haciendo una Misa, con mucha música, mucho más animada que las católicas. Me quedo un rato entre los feligreses. Es gracioso que aunque supongo que es en Tamil reconozco los ritmos de repetir cuando el cura dice: "demos gracias al Señor" y todos contestan algo.

Antes de las 10:00 ya estoy delante del Greenlands Guest House, que es el alojamiento más recomendado por aquí. Como ayer me pasé de presupuesto, hoy pretendo ir a lo más barato, y me toca regatear bastante, me mienten diciendo que solo tienen habitaciones caras, pero al final , se bajan del burro y consigo la que quiero.

Cuando rellenando el registro, un turista, de los poquísimos, que también está en recepción, al ver mi pasaporte, me pregunta si soy español. Es Quique de Santander, como digo siempre de los españoles que conozco por aquí: un tío muy majo, pero es que una vez más lo es. Al poco, conozco también a su novia, Cristina. Ellos pillaron ayer la última habitación del Greenlands, al mediodía. Pretendían hacer hoy el mismo trekking que yo, pero también como a mi, la niebla les ha hecho repensarse pegarse una caminata larga para luego ver poca cosa. Hablamos un buen rato y quedamos para ir a comer a un tibetano más tarde. Por cierto, me explican que esta noche se les ha colado un murciélago en la habitación...

Me voy a internet. Otra vez han pasado más de 2 días desde que no doy señales de vida, y vuelvo a temerme que María haga saltar alarmas. Y por fin visito Kodiakanal. Es un pueblo de montaña pero con bastantes cosas. Las iglesias dominan sobre los templos hindús, aunque hay de todo. Tiene un lago tipo Retiro muy bonito, en los alrededores del cual hay mucha vida. Muy agradable. Y afortunadamente ya casi no quedan jóvenes cristianos, sí que hay por éso, muchos turistas indios normales.

Tengo ganas de caminar por las montañas, miro la guía, y veo que habla de una cascada: Bear Gothas Fall. Así que me voy en su búsqueda, es un camino agradable pero se me hace corto. Justo cuando llego, me encuentro a Quique y Cristina que ya vuelven (yo he estado 1 hora en internet). Quique me dice que, con cuidado, se puede subir un poco más por encima de la cascada. Eso hago, y me acabo encontrando un grupo de indios bañándose en una poza: saltaban en bomba, se mojaban unos a otros,... Veo que son hábitos universales cuando al ser humano nos ponen una charca de agua.

Al mediodía me reencuentro con los cántabros. Pasamos por alguna tienda y vamos a comer a un tibetano. Muy bien. Toda la situación me trae muchos recuerdos de unos de los mejores momentos del viaje del año pasado, en Mc Leod Ganj, con María, Amaia y Sergio... qué nostalgia!

Me pido unos Momos buenísimos. La comida con la conversación y con el post, se alarga mucho, muy agradable. Encima Quique y Cristina, me invitan, qué majos!

Después de comer, sigue el día feo, a ratos lloviznea, a ratos apreta... Nos dedicamos a dar paseos por el pueblo y a entrar a alguna tienda (pocas). A parte de la de la Fundación, son las primeras tiendas a las que entro este año, ya tocaba. Quique tiene una curiosa obsesión con las máscaras, han viajado un montón y siempre se compra alguna. En este tema apoyo a Cristina, porque el gusto de Quique era bastante discutible.

Ya se nos hace esa hora terreno de nadie que no sabemos si tomar algo o ya cenar. Como en la India cuesta encontrar bares, acabamos entrando en un restaurante y dadas las opciones, cenamos.

Sigue lloviendo, así que ya nos vamos al Greenlands. Me despido de Quique y Cristina porque quiero madrugar para coger el primer bus a Madurai a las 6:30. Ellos irán más tarde. Al final hsí que he conseguido los días de relax y montaña que necesitaba para coger fuerzas y volver al calor y al caos indio en los tres días que me quedan por ciudades cada vez más grandes: Madurai, Chennai y Delhi.

No es muy habitual en las rutas por Tamil Nadu, y supongo que Ooty ofrece más posibilidades, pero para mi, siempre y cuando no coincida con un encuentro de cristianos, Kodaikanal es recomendable para hacer un viaje completo por el sur de la India.

DIA 18 - TRICHY Y KODAIKANAL





Después de la FVF no tenía claro el itinerario que haría. Lo único cerrado era que tenía que llegar a Madurai el día 16. Suponía que optaría por hacer el recorrido habitual por Tamil Nadu que básicamente son ciudades históricas con unos templos impresionantes y en las que el hinduismo se vive más intensamente que en la mayor parte de la India. Pero al final he optado por combinar playa, templos y montaña. Así que cuando los italianos me hablaron de Kodaikanal me acabe de decidir

Kodai es un pueblo en las montañas de los Gathes Occidentales que está a 2100 metros de altura y en el que pretendo encontrar paisajes, relax y poder hacer alguna excursión.

Pero antes el primer autobús me deja a las 4 de la madrugada en Trichy. El de Kodai sale a las 9:00, podría optar por descansar en la estación de autobuses. Pero no quería dejar escapar la oportunidad de visitar Trichy que aunque en un horario extraño, tenía tiempo suficiente.

Así que con la mochila en la espalda me cruzo Trichy entera de noche. Mirado con el mapa es un poco una locura, porque el templo más importante está justo en la otra punta, podría haber ido con algún transporte, pero como el templo no lo abrían hasta las 6:00 (aun suerte que los abran tan temprano) pues pensé que sería una buena experiencia cruzarse una ciudad india de noche. Puede parecer un poco una imprudencia, y quizá lo es, pero la sensación de seguridad era total. En las casi dos horas que estuve caminando de noche por calles semidesiertas, en ningún momento tenía sensación que me pudiera pasar algo y siempre ves cosas, por ejemplo, confirmé que las ratas en la India son animales nocturnos.

A las 6 y poco visito el templo de la Roca. Llama la atención que sea tan temprano y ya esté abarrotado de devotos rezando, haciendo pujas,rituales, etc. El templo arquitectónicamente no destaca, pero lo curioso es que está construido sobre una roca que se atraviesa por dentro. Es decir, se entra por una calle normal, y después de subir más de 500 escalones acabas saliendo en la cima de una montaña, con unas vistas espectaculares, y encima justo amanecía cuando yo llegué arriba. Desde las alturas veo a lo lejos el otro templo importante de Trichy que dicen que es de los 3 más grandes de toda la India, pero veo que está como a 20 kilómetros, demasiado lejos para el tiempo que tengo.

Cuando bajo del templo de la Roca, antes de llegar a la estación de autobuses, aun me da tiempo de ver como empieza la actividad en el Gran Bazar, que seguro que en unas horas es muy agobiannte.

A las 9, ya arranca el bus para Kodaikanal, tengo 5 horas por delante (por ciento, me cuesta 1 euro justo), en las que cambiaré el calor agobiante que me ha perseguido todo el viaje, por espero que hasta un poco de frío. No llevo nada de manga larga, si realmente hace frío, me tocará comprarme algo.

Las primeras 3 horas de bus son normales, paisajes tropicales bonitos, pero la parte final es una pasada, se suben varios puertos para llegar a los 2 mil metros, y atravesamos, ríos, valles, cascadas, ... Valdría la pena venir aquí sólo por el viaje.

Vengo buscando un par de días de tranquilidad, pero cuando el autobús se acerca al pueblo empiezo a darme cuenta que algo va mal. Hay un atasco como el que se monta para entrar a Andorra...Aun no sé bien que pasa, pero ya me temo que como mañana es el día nacional de India, el Independence Day, debe haber algún evento que ha convocado mucha gente.

Casi una hora más tarde de lo previsto, porque ese último tramo resulta lentísimo, llegamos a la estación de autobuses, encima está lloviendo. Empieza la búsqueda de alojamiento. Tengo dos seleccionados en la guía. Voy al primero que está céntrico y me dicen que imposible, que mañana no problem, pero q hoy "full". Voy en busca del otro, que en realidad es la útlima opción para mi presupuesto, me cuesta encontrarlo, cuando lo consigo, me dicen lo mismo. Hoy imposible, mañana a las 10:00 ningún problema.

A estas alturas ya sé lo que pasa en el pueblo. Resulta que hay un encuentro de cistianos, sobretodo jóvenes, porque mañana, igual que en España, aquí se celebra la Virgen de Agosto. Me cago en la leche, no sabía yo que hubiera tanto cristiano en la India. Me he topado con el Rocío!!! El pueblo está lleno de altavoces a todo trapo con canciones que me imagino que son tipo "Que alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor", jóvenes y más jóvenes que suben a diferentes iglesias que hay por los alrededores, coches y autocares que llevan pegatinas tipo: "Jesus Loves You" o "Mary helps us". La India nunca deja de sorprenderme...

Bueno, pues realmente no sé qué hacer para encontrar alojamiento, así que recurro a dos comisionistas pesados que un par de veces ya me han querido "ayudar". Uno a la hora de la verdad, cuando le digo que mi máximo son 600 rupias, pasa de mi. El otro resulta ser buen tío y más allá de la comisión, se esfuerza para ayudarme. Llama a varios hoteles y en todos le dice que están llenos o precios desorbitados. Ya me estoy planteándome tener que coger un autobús de vuelta, aunque el sitio me gusta. Me dice que la única opción que tengo es irme caminando a un pueblo que está a unos 3 kilómetros y que allí hay casas que alquilan habitaciones por noches, que muchos turistas van allí. Le digo que lloviendo, a punto de anochecer y sin saber seguro el camino, no me atrevo a ir, que si tiene alguna forma de llevarme le pago (en este pueblo no hay rickshaws ni taxis). Me dice que espere, desaparece y en 5 minutos vuelve con una moto. Solo yo no hubiera sido capaz, a parte que la distancia eran más de 5 kilómetros, la cosa es ir llamando a casas desperdigadas de indios que casi no hablan inglés preguntando si tienen habitaciones. En la cuarta o quinta que preguntamos finalmente hay habitación, son dos casas vacías que un indio las tiene solo para alquilarlas a turistas. Así que le doy 100 rupias y me despido de mi amigo ocasional.Mañana ya veré como vuelvo a Kodai...

Me instalo, me acerco a lo único que hay en la aldea que estoy que son dos kioskos en los que venden algo de comer y en el que hay varios indios jóvenes. Me preguntan que por qué he venido a este sitio de la India. Yo, ingenuo de mi, digo que porque me apetecía estar un par de días en la montaña, que no me gustan las ciudades grandes, que me gustan mucho los paisajes... Los tíos me miran raro y justo cuando hago click y me doy cuenta de la situación, ellos mismos me lo dicen: Quieres fumar? pastillas? setas? Me he metido en un gueto de jóvenes porreros. Son indios de Bangalore supongo que de dinero, que vienen a este pueblo perdido de juerga. En realidad son muy majos, hasta me ofrecen la droga gratis porque les cuesta creer que yo no quiera nada.

Me voy para la habitación, en el comedor de la casa en la que estoy, hay 6 o 7 fumando alrededor de la chimenea, también me ofrecen que me una, les digo que estoy muy cansado y que solo quiero dormir, en realidad, es así.


Me temo lo peor, que hagan mucho ruido, pero ni idea, si hicieron jaleo no me enteré, antes de las 22:00 ya estaba dormido.

lunes, 15 de agosto de 2011

DIAS 15,16 Y 17 - MAMALLAPURAM




Voy con retraso escribiendo, así que en una entrada me voy a ventilar todo lo vivido en Mamallapuram que no ha sido poco. He visto grandes monumentos, me he bañado en el Indico, he visitado un orfanato en un pueblo perdido, he ido a una reserva de cocodrilos, he alquilado una moto toda una manana, he corrido 10 kilómetros descalzo por la playa, he conocido una chilena que vive en la India...

En el bus de Kanchi a Mamallapuram tuve la suerte que era la primera parada y me senté rápido, porque luego acabó petadísimo.

Al llegar, me ofrecen un Guest House, como sale en la Lonely y me va a llevar gratis, acepto verlo. Laksmi Guest House. Me gusta mucho, es muy parecido al de Hampi, habitaciones separadas que dan a un patio, muy tranquilo. Me lo quedo, además como voy a estar 2 noches, regateo un poco y me ahorro unas rupias.

Nada más salir del hotel, me encuentro a Francesco y Francesca. El año pasado a María y a mi, nos pasó lo mismo con un francés y su hijo, nos los encontrábamos siempre. Hablo con ellos, Francesco me cuenta que ya no van para Goa porque la previsión meteorológica es mala, y que seguramente irán a un sitio de montaña que se llama Kodaikanal que les han recomendado otros italianos. No lo conocía, pero me llama mucho la atención, me lo pensaré...

Antes de ver monumentos, me acerco a la playa, que la tengo muy próxima al hotel. Es curioso llegar al mar tantos días después desde casi la otra costa de India que es por donde empecé. A mi siempre me encanta ver el mar, y esta playa está muy bien, muy fotogénica. Curioso lo de las vacas entre las barcas.

Hago ya la visita cultural a Mamallapuram. Una vez más, encantado, vale mucho la pena esta ciudad. Es parecida a Hampi, pequeña con cosas repartidas y un par de templos espectaculares. Aquí incluso las atracciones están más cerca unas de otras, se puede visitar todo paseando. También se parece a Hampi en que al ser bastante turísticas hay diversidad de hoteles, restaurantes, tiendas y otros servicios.

Destacan el templo de la Orilla, patrimonio de la Humanidad, y los cinco rathas (cinco minitemplos esculpidos de 5 rocas). También está muy bien una colina que hay con un faro y diferentes templos y cuevas excavados.

Entre medias de las visitas, veo pasar en moto a Gisela y compañía, pero a mi no me ven, si han alquilado moto ya no me los encontraré para comer.

Por la tarde, dejo todo en el hotel, sólo cojo la toalla y la llave y me voy a bañar. Sensacional, el agua está mucho más caliente que en Barcelona. Aunque hay bastantes olas y no me meto muy para adentro. Una gran experiencia, bañarse en el Oceano Indico. Hay unos cuantos indios salidos observando a las turistas en bikini, son muy descarados.

Antes de irme a descansar, resuelvo mi siguiente paso en el viaje que no lo tenía claro. Quería ir a Tanjore pero los trenes están imposibles y los autobuses tampoco mucho mejor, al final cambio por Trichy, que es un sitio parecido, y me deja más posibilidades para el siguiente paso que aun no tengo claro.

Cuando ya llego al hotel me aparece un hombre que me ofrece ir mañana a visitar el orfanato que dirige. Está claro que querrá sacarme dinero, si no son aun peores sus intenciones. Me dice que le pregunte a un francés que ha ido hoy, le pregunto y me dice que a él le ha gustado la experiencia. Bueno, pues impulsivo le digo que sí, que mañana venga a buscarme con su moto e iremos al orfanato.

Al día siguiente, me levanto temprano y esta vez, aprovecho por fin para correr un poco. Me acerco a la playa, y descalzo, como hago a veces desde Gavamar a Port Ginesta, me pongo a correr. Genial la experiencia, muy buenas sensaciones, muy divertido ver continuamente como se iban escondiedo los cangrejos que me veían llegar. Algunos indios que ya andan por allí me saludan un poco sorprendidos. El entreno va de más a menos ,y acabo bastante cansado, es porque aunque es temprano ya hace mucho calor y porque se nota que he perdido algo de forma..

Me ducho, desayuno y a las 10:00 tengo esperándome con su moto al del orfanato. Pues para allá que vamos, me subo con él, y me lleva a unos 7 kilómetros, a un pueblecillo. El orfanato se llama "Hosanna children's homme", lo lleva el hombre con su mujer y al que vaya a Mamallapuram le recomiendo visitarlo. Al hacer tan pocos días que había visitado algo de la envergadura de la FVF el impacto fue mucho menor, pero es un proyecto muy bonito. Y no vi absolutamente nada raro. Ahora mismo tienen 19 niños, que si no estuvieran aquí, estarían mendigando (o algo peor) por las calles de Chennai. Y todo se veía sencillo, pero bien organizado. 4 niñas no fueron al colegio para recibirme a mi, y se las veía muy felices. Contestaron a alguna cosa que les pregunté y me cantaron canciones. El hombre me enseñó todas las habitaciones, los presupuestos, los menús, etc. También me llevó al colegio del pueblo donde estaban los otros niños. Lógicamente quería dinero, el francés me dijo que le dió para que comprara aceite, el hombre me enseñó una garrafa nueva que había comprado. Yo preferí hacerlo diferente y le dije que como me tenía que volver a Mamallapuram en moto, en vez de darle dinero ahora, fuéramos los dos a un supermercado y compráramos lo que hiciera más falta. Le pareció bien, y eso hicimos, le dije que tenía 400 rupias de presupuesto. Cogió jabón para la rompa, champú, pasta de dientes,... En la caja pagué yo y ya nos depedimos. No estuve ni 2 horas, lo dicho, vale la pena.

El resto del día lo dedico a visitar algún monumento que me faltó y a estar de relax, que ya me tocaba. Por la tarde, vuelvo a la playa a bañarme y allí conozco a Clara una chilena que trabaja en Bangalore y que ha venido el fin de semana aquí de vacaciones. Hablo un rato con ella y quedamos para cenar luego.

Cenando nos tiramos más de dos horas hablando. Me cuenta muchas cosas sobre lo que supone vivir y trabajar en la India, muy interesante. Como estoy monotemático le explico la FVF que ya conoce y de hecho quería ir. Recomiendo sitios de la India, ella me recomienda pelis indias. También sale en la conversación Isabel Allende, Neruda, Alexis Sánchez, Pellegrini, .... Muy agradable. Aluciné cuando vi que llevábamos tanto rato hablando.

Y el último día en Mamallapuram también me despierto con intención de ir a correr, pero me lo repienso porque hace demasiado calor.

Lo que hago después de desayunar es alquilarrme una moto. Mi intención primera era una bici. Pero llevo ya dos días por aquí y he visto que el tráfico es reducido y la reserva de cocodrilos a la que quiero ir pilla a 15 kilómetros... total, que aunque nunca en mi vida he conducido una moto, pienso que la India es el mejor sitio para debutar. Me explican como va. Fácil, lo único que veo es que hay que ir con cuidado si se frena con el freno derecho porque aceleras sin darte cuenta. Los primeros dos minutos voy un poco inseguro, pero en seguida me tranquilizo, es como llevar una bici. Voy prudente, no paso de 50 y lo disfruto mucho. Primero me toca ir a echarle gasolina, tienen mucho morro, cuando llegue a España alguien me explicara porque había que echar tambien aceite al depósito. Y ya me voy con mi motillo hacia la reserva de cocodrilos. Desde antes de venir, un día repasando la guía, vi que existía y me dio curiosidad. En realidad, no es más que un zoo especializado en cocodrilos, pero hacen un trabajo importante sobre el Gavial, uno con el morro estrecho que está en grave peligro de extinción. Pues sí, cocodrilos por todas partes, también había tortugas y serpientes, confirmo que lo que me crucé en Badami debía ser una pitón, aunque de las pequeñas.

Vuelvo con la moto, disfrutando del viento (y mariposas y libélulas) en la cara. Cruzo el pueblo, me encuentro con Clara y su amiga japonesa Mimi que venía hoy y quedamos para comer. Y me voy al pueblo siguiente que fue especialmente arrasado en el tsunami del 2004 y tiene un plan especial de reconstrucción, interesante de ver. Han hecho mucha faena. Luego todavía aprovecho la moto para ir a otro pueblo con un templo que se ve que está bien, pero me tengo que meter por una especie de autovía y me doy la vuelta a medio camino.

A las 14:30, dejo por fin la moto, le he metido unos cuantos kilómetros. Me han dado ganas de comprarme una en Barcelona, pero será que no.

Voy al restaurante que he quedado con Clara y la japo, pero no se me presentan. Yo ya les dije que a las15:30 ya tenía que irme para coger el bus, y ciertamente vi difícil que diera tiempo, porque ellas justo estaban llegando a las cinco rathas y pretendían ver todos los monumentos seguidos en menos de 2 horas. Así que al final como rápido y solo.

Antes de las 16:00, ya salgo rumbo a Chennai donde tengo que coger el bus largo a Trichy. Chennai es inmensa y supercaótica, tiene mas poblacion que toda Catalunya entera, me horroriza, cada vez soporto menos las megaciudades indias. Afortunadamente llego con tiempo porque me cuesta un buen rato encontrar la estación de autobuses privados, y el mío en cuestión.

Sobre las 21:00 arranca el autobus a Trichy. Me ha gustado mucho Mamallapuram. Al que tenga que coger un vuelo en Chennai le aconsejo que se organice para ir directo a Mamallapuram y se este un par de dias.

domingo, 14 de agosto de 2011

DIA 14 - KANCHIPURAM




A la 1 a.m. llego a Guntakal, me tengo que esperar en la estación hasta las 4 que llegará mi siguiente tren. Me da la paranoia que algo está mal, que el tren que he cogido no va a donde tengo que ir, es curioso la capacidad que tenemos para estresarnos de la nada, solo con nuestros pensamientos.

Al mediodía llego a Kanchipuram, en el estado de Tamil Nadu, segun el ministerio de asuntos exteriores de Espana, no es recomendable ir por problemas de terrorismo. He ido preguntando por la India a locales y extranjeros y nadie sabe nada del tema, no me preocupa. El revisor muy majo, como casi siempre, está pendiente de mi para que no me pase la parada.

Salgo de la estación, y ya vuelvo a la normalidad del viaje, me agobian para ofrecerme rickshaw (utilizan el viejo truco de decir que la estación es nueva y que la que sale en mi guía está más cerca pero no es ésta), calles caóticas, mucha gente por todos lados.

El primer hostel al que voy, sobrepasa el cutre que vi en Aurangabad. Entre otras cosas sólo hablaban tamil, nada de inglés, ni los números, sucio se queda muy corto para describirlo. El segundo al que voy, Sri Balaji, resulta perfecto: barato, con tele internacional y agua caliente.

Me instalo y salgo a callejear. Ya han vuelto a desaparecer los turistas occidentales. Cuando me canso de caminar, acepto uno de las múltiples ofertas de transporte que me ofrecen continuamente para hacer la visita a los templos de Kanchi. Son 5 y están desperdigados, ,es difícil verlos caminando, lo normal es pactar con alguien y que te vaya llevando y esperando.

Cojo un ciclorickshaw. El año pasado, lo hicimos un par de veces y no nos gustó, pero ha pasado ya un año y me apetece hacerlo una vez este viaje. Va muy lento el hombre pedaleando pero eso me permite ir viendo las cosas más tranquilo, cosa que con un rick es imposible.

En el primer templo que voy, veo unos europeos que justo salen. En este templo hay uno de los lingams (representacíones de Shiva en forma de falo) más grandes de toda Asia. Pues tampoco me parece mucho...

Cuando voy a entrar al segundo templo, viene hacía mi uno de los turistas que vi antes, me habla en inglés para aconsejarme que me esconda la cámara para ahorrarme unas rupias. Resulta que es catalán, se llama Carles y es muy majo. Hablamos un poco, su grupo, son 5, se van esta tarde a Mamallapuram que es donde voy yo mañana. Me propone que me una a ellos, que les sobra una plaza en un rickshaw. Si no tuviera ya hotel pagado, sí que me habría apuntado, a parte de los templos, no me está gustando Kanchipuram. Por cierto, este templo que era el de Sri Enkarabanathar me impresiona mucho, quizá el templo hindú que más me ha impresionado (y he estado en unos cuantos), no por su arquitectura, sino, porque tiene mucha vida dentro. Es fascinante verlos por allí rezando, haciendo rituales, meditando. Ya sabía yo que es una de las características de los templos de Tamil Nadu. Vale la pena vivirlo. Dan ganas de quedarse toda la tarde dentro.

En el tercer templo, vuelvo a encontrarme a los catalanes, parece que les persiga, esta vez veo a todo el grupo: 3 chicos y 2 chicas.

Y en el cuarto templo, me los encuentro ya al principio y lo visito con ellos (y un indio pesado que quiere hacernos de guía). Resulta que una de las chicas es Gisela de OT (triunfita del primer año). No puedo evitar decirle que seguro que soy el primero que se lo dice por aquí (llevan sólo 2 días en India), muy agradable, me preguntan Gisela y la otra chica muchas cosas de mi ruta, les explico cosas de la FVF, Gisela me cuenta que participó en un concierto solidario para ellos.

Al final, han cambiado de idea, y se van en autobús, mucho más logico. Me despido de ellos y me dice Carles (que es majísimo) que si nos vemos, me venga a comer con ellos. Ya lo haré si se da la casualidad, pero no sé como es Mamallapuram.

El quinto templo ya paso de visitarlo porque se ha hecho de noche y tiene pinta que caerá monzón. Vuelvo al hotel. Ceno en un sitio en el que sólo hay comida india baratísima (me da miedo pillar diarrea, este año la estoy consiguiendo evitar), insisto mucho que no me pongan las cosas picantes, pero no hay manera, me tomo un Masala Dosa de echar fuego por la boca. Tengo toda la cena interrumpiéndome al del restaurante, explicándome como se come (no me han querido poner cubiertos), preguntándome cuanto vale mi cámara, ... Es pesado, pero me resulta entrañable, es un hombre mayor y seguro que han entrado a su restaurante poquísimos extranjeros.

Antes de irme para la habitación, salgo en la búsqueda de internet. Pero no hay manera, se nota que esta ciudad no es muy turística porque no consigo encontrar nada que se parezca a un cyber.

Cuando ya me vuelvo, casi llegando al hotel, de casualidad pasa en bicicleta el indio pesado del templo que visité con los catalanes. Hablo un poco con él, y me pide si por favor le puedo traducir algunas frases al español. Como no tengo nada mejor que hacer le digo que vale. Quiere entrar a mi habitación, pero le digo que mejor subimos a la azotea y allí lo hacemos. "Alguna frase" son 28, que el tío primero me dice en inglés yo tengo que encontrar el sentido y luego dictarselas para que las copie fijándose en la pronunciación. El tema son las 13 reencarnaciones de Vishnu y cosas por el estilo. Resulta que lo quiere para hacerse pasar por guía con los turistas españoles. Ya lo sabe decir todo en italiano, ahora quiere español. No me siento muy cómodo etícamente, pero bueno, tampoco es para tanto, y al final, lo que explica a los turistas es correcto. Son cosas sencillas sobre Vishnu y otros dioses. De paso a mi me sirve para aprender mas cosas sobre religion Hindu.

Me tiro más de una hora ayudando a Kanesh, está muy agradecido, me lo dice 50 veces. Me dice que si vuelvo a Kanchipuram le avise por mail y me llevará por toda la ciudad gratis. Será que no, porque no tengo nada en contra, pero seguro que no creo que vuelva nunca a Kanchipuram, lo único a favor son los templos y ya están vistos.

sábado, 13 de agosto de 2011

DÍA 13: ANANTAPUR FVF (Día 4)

Por última vez me despierto en la FVF.

Todo el día tengo sensación de añoranza aunque todavía no me he ido.

Desayuno con el grupo de 10 (son de un viaje organizado) al que en general he ido acompañando. Son un grupo heterogeneo, en algunas cosas muy diferentes al espíritu de los viajeros por libre, pero son buena gente, se llevan muy bien y siempre desprenden buen rollo.

También están todavía Queta y Migel Angel que ya se marchan para Hampi, cómo no. Son los únicos que he conocido que han visitado Tamil Nadu, la zona por donde proseguiré mi viaje. Me recomiendan un par de sitios antes de despedirnos.

La visita de la mañana es a unos talleres de artesanía donde la FVF ocupa a discriminados entre los discriminados, por ejemplo, chicas disminuidas psíquicas. Básicamente producen para comercializar por la región, pero una parte también la exportan a las tiendas que la FVF tiene en España. O para ocasiones especiales, como las rosas que hacen cada año para Sant Jordi, me hizo mucha gracia estar directamente en el sitio donde se producen, alguna vez la he comprado en la Rambla de Barcelona.


Vemos a unos talleres de estampación, telas, reciclaje de papel, complemenntos, bisutería, ... Como siempre, todo muy agradable, muy buen ambiente por todos lados.

Tengo tiempo para conectarme a internet antes de comer. Saludo por el Facebook a un amigo de EGB con el que hace 20 años que no hablo directamentet porque me ha hecho ilusión que esté siguiendo mi viaje. Me explica que está ingresado en el hospital, luchando con una enfermedad grave, aunque con buen pronóstico. Joder, los shocks emocionales me vienen de todos los continentes! Cuando llegue a Viladecans iré a verlo seguro.

Comemos y acompaño al autocar al grupo de 10 que ya se van, para despedirlos. Tambén viene Georgina que casualmente no he citado en el blog pero también hemos compartido muchas conversaciones y experiencisa estos dias.

Cuando está a punto de arrancar el autocar aparece para despedirles expresamente Anna Ferrer. Al irse el bus, nos quedamos solos Georgina, Anna y yo. Aprovecho para hablar con ella por última vez (comentamos detalles de los talleres), me hago una foto con ella y me despido. Se acuerda de lo que hablé con ella hace 3 días, casi saca el nombre de María, al despedirme definitivamente le digo: "Hasta la próxima", ella me da las gracias por venir... encima!

Ya no queda nadie que conozca, para la tarde me apunto a un grupo grande que son otro viaje organizado porque van a ir a una escuela inclusiva con niños ciegos que me interesa especialmente visitar (hace días se lo dije a Sasi y ahora me ha encontrado el momento).

En el coche hacia la escuela, un instituto de secundaria en realidad, voy con un matrimonio de vascos de la edad de mis padres, que no paran de decir: "qué valiente! qué valiente!" cuando les explico que voy por la India por libre y solo (como muchos otros mochileros).

Luego, ya en el colegio deliberadamente, no hablo casi con la gente. Me apetece hacer esta última visita solo, como si fuera una descompresión. La sensación de nostalgia anticipada ya me domina...

El proyecto del instituto sensacional, me encantan las adaptaciones para los invidentes que hay por todo el recinto, todo el material que nos enseñan, tiene poco que envidiar a escuelas similares españolas.

De la visita, a los del grupo los llevan directos a una tienda montada. para la ocasión para que compren ropa de la fundación para los niños apadrinados. Duro un minuto allí, pero antes de salir, le pregunto a una chica si es Irene (estoy casi seguro porque antes he oido que le llamaba así su madre). Es élla, hablamos un buen rato. Es una amiga de una compañera de trabajo, que el día antes de venir a India me dijo que su amiga también pasaría por la FVF, pero la probabilidad de coincidir no era muy alta. No la conozco físicamente, aunque había hablado con ella por teléfono, porque es canguro de uno de mis niños más tremendos. Curioso que me la encuentre en el último momento, han llegado solo hace unas horas. Irene tiene 21 años y ha hecho el viaje organizado con sus padres. Me parece bien por la edad y como primer contacto con la India, pero viven en un mundo un poco irreal, ya se le veían ganas de venirse de mochilera por aquí conMónica (mi compañera). Por mi parte, ya les animaré desde Barcelona.

Recojo mis cosas. Ceno solo, también me gusta hacerlo así. Y a las 20:30 abandono muy emocionado la FVF. Sólo lamento no haberme podido despedir del personal de la oficina, cuando lo he intentado antes de cenar ya no había nadie. Tendré que hacerlo vía mail.

A las 22:30, con poco retraso, arranca mi tren hacia el próximo destino. Tengo por delante 15 horas repartidas en dos trenes. Tiempo para ir digeriendo todo lo vivido en Anantapur, seguramente los días más intensos de mi vida.

viernes, 12 de agosto de 2011

DÍA 12: ANANTAPUR (Día 3)

Ha llegado el día de conocer a Govardhana. Le apadrinamos María y yo en el 2005. En realidad soy consciente que lo del apadrinamiento es más marketing que otra cosa, afortunadamente, el dinero que uno aporta va a todo el megaproyecto en general y no al niño en cuestión. Hemos ido recibiendo cartas con dibujos, pero, impresentables como somos, nunca le hemos dado nada de feedback. Ahora hasta me da un poco de vergüenza presentarme, pero en realidad, me apetece mucho y sé que para ellos es una acontecimiento extraordinario.

En el desayuno me despido de Xavi e Izel, aquí han estado muy mimados, como todos, ahora en solitario, empezarán un viaje increíble (recuerdo que Xavi va en silla de ruedas).

El pueblo de Govardhana, Hireturpi, está a más de 120 kms de la sede de la fundación, por lo que me convocan a las 9:00. Me presento puntual, me asignan chófer y traductora. Y los tres emprendemos la ruta.

Sólo ha sido un día y no tengo la capacidad para explicarlo bien, pero de este día, de este viaje, un buen guionista sacaría material de sobra para una road-movie. Nos han pasado muchas cosas, hemos ido conociéndonos, emocionándonos, riendo, los personajes hemos evolucionado a lo largo del día...

La traductora no es del equipo habitual que nos acompaña siempre. Nos presentamos, se llama Vijaya, tenemos 3 horas por delante para llegar al pueblo, afortunadamente es muy maja y tiene muchas ganas de hablar castellano. Bueno, pues hablar con Vijaya se convierte en otra experiencia que recordaré toda mi vida. No sé que pasa estos días, que todo lo que me pasa es increíble. Primero le voy explicando cosas de mi vida, de cómo nos organizamos en España, luego le pregunto por Vicente Ferrer, me cuenta que aquí nadie duda (incluida ella) que era un Dios, sin matices. Me explica que a parte de por todo lo que hizo, lo saben porque siempre sonreía, y eso es propio de dioses. Luego le pregunto por ella misma y me explica su vida. Tiene 34 años, dejó los estudios sin terminar, se casó con 18 años, a los 21 ya tenía 2 niños y un futuro de humilde ama de casa, sin ninguna perspectiva, y así fue hasta hace unos 5 años. A su marido lo contrataron como chófer en la FVF y se vinieron a vivir en unas casas que hay dentro del propio recinto. Un día, el mismísimo Vicente Ferrer la vió barriendo y le preguntó quién era y qué hacía. Vicente le dijo que no podía ser, que tenía que acabar los estudios y trabajar aquí mismo. Vijaya, como muchas mujeres indias de casta baja casi no se consideraba a si misma ni ser humano y se mostró reticente, pero Vicente le insistió durante varias semanas y al final la convenció. Se puso a estudiar, luego se puso con el castellano, y hoy es una más del equipo de traductoras de la FVF. Es una mujer que vale muchísimo, tiene mucha habilidad social, se manejó todo el día con muchísima seguridad. Lo más emocionante para mi encima, fue que me confesó luego por la tarde que nunca había hablado de todo ésto con ningún español, y menos con un hombre, que conmigo se había sentido muy cómoda y que por primera vez había sido capaz de hablar de ella misma. Me hizo sentirme en una nube.

Lo normal es comprar regalos para el niño y la familia el día antes de la visita, pero no tuve tiempo. Tampoco de hacerlo por la mañana en Anantapur porque estaba todo cerrado, así que a medio camino paramos en un pueblo que Vijaya no conoce y nos bajamos a comprar ropa para toda la familia. Al principio le da vergüenza, pero le insisto para que seleccione ella todo. Si no sé nada de moda occidental, de lo que gusta en la India rural ya ni hablamos... Selecciona camisa y pantalón para Govardhana y sus dos hermanos, un sari sencillo para su madre y una camisa para el padre. Pide precio y le sueltan 2500 rupias. Hablamos en castellano, le explico que llevo sólo 2 mil. Vijaya me dice que hagamos una estrategia para intentar sacarlo por 1900. Me dice que me haga el indignado y me vaya al coche. Y eso hago, salgo de la tienda despotricando: "too expensive! let's go to another place!". Al minuto viene Vijaya al coche, ya han bajado a 2100, pero tenemos que hacer ver que sigo indignado porque nos están observando. Hasta cierro el coche de un portazo. Vuelve a la tienda, y al rato sale sonriendo, lo hemos sacado todo por 1700! (imposible bajar una rupia más). Y ha sido divertidísimo.


Ya llevamos más de dos horas de viaje. Paramos en una oficina de la FVF desde la que gestionan esta región. El encargado también es entrañable, está eufórico por tenerme allí. Me invitan a café. Cualquiera les dice que no, pero como bien saben los que me sufren a diario, es un gran error hacerme beber café, lo que me faltaba por si no estaba ya nervioso... me lo bebo...

Y ya llegamos al poblado... Son 4 casas y otras tantas chozas. Hacía ya un buen rato, que le confirmaron por móvil a Vijaya que me estaban esperando, de hecho, llevan 3 semanas emocionadísimos preparándolo. Bajo del coche, y me encuentro de sopetón a Govardhana rodeado por unas 30 personas, todo el pueblo. Hoy no ha ido nadie a trabajar, me cuentan. Govar ha resultado ser especialmente tímido, y está bloqueado el pobre. Le ayuda su hermano mayor (Govardanha tiene 10, este 12), mucho más extrovertido. Me saluda, me pone una guirnalda y me dice algo que se ha aprendido pero no le sale, entrañable. Me dirigen hacia la casa, los 25 metros que hago del coche a la casa tengo delante a una mujer haciéndome un caminillo de pétalos, de película. En la casa, me siento, me agasajan a galletas, cocos, manzanas, ... e intentamos hablar un poco. Les doy los regalos. La familia entera desaparece, vuelven enseguida todos vestidos con lo que les hemos comprado. Le regalo a Govardhana también una foto de María y mía que he traído expresamente (me dicen que la pondrán en el altar que tienen con varios dioses y antepasados, como en todas las casas hindúes). Ahora hablamos más, aunque no estoy muy fino y la conversación resulta bastante torpe, menos mal que Vijaya echa varias manos, me ayuda mucho y que el padre es un tío encantador, súper humilde pero muy majo. Entre otras cosas, me dicen que para ellos soy un Dios, también sin matices, en serio. Vijaya me dice que no intente explicarles, que no me van a creer. Recuerdo lo que me dijo antes de Vicente e intento sonreír todo el rato, no es muy complicado. Aunque hay otros niños apadrinados en el pueblo y en los alrededores, nunca había aparecido ningún padrino español por aquí. Me cuentan que para ellos el día de hoy pasará a ser celebrado cada año. En fin... sin palabras. Me explica el Govar que quiere ser maestro de mayor, que va muy bien en el cole y que un amigo suyo tiene un bate de cricket y juegan siempre que pueden. Yo, adopto mi papel de Dios, y me permito transmitir dos únicas ideas: que nunca dejen de estudiar (no hace falta, el padre, que no estudió nunca, lo tiene clarísimo) y que el día que se case, respete a su mujer. Pregunto y me explica el padre que si no hubiera venido la FVF a ayudarles, los 3 niños ya estarían trabajando en el campo todo el día, no habrían aprendido ni a leer ni a escribir. Les hablo de mi familia, de la de María, me dan recuerdos para todos.



Pero, como vengo diciendo, no sé que pasa en mi vida estos días... aun hay un último giro. Al final, cuando ya me voy a ir, el padre me explica que esta mañana, sólo hace unas horas, ha muerto el hermano de su mujer. Pero que hoy era un día de fiesta, de alegría, y que tenían que recibirme así, que para ellos mi llegada era superior a la tristeza de la muerte. Piel de gallina total. Increíble, que un hombre analfabeto como él, fuera capaz de tener la inteligencia emocional de guardarse esa información para el final, y me lo expicara como me lo explicó, que ahora todos se iban a estar con su hermana... No sé que decirles, me levanto y abrazo al hombre. El tío sigue sonriendo...

Me hago fotos con todo el pueblo, me aplauden, me hacen pasillo hasta el coche y me voy. Al final, justo ya en el coche, diciendo adiós, por fin sonríe Govardhana.


Reemprendemos la marcha. El viaje de vuelta resulta divertidísimo. El chófer es un cachondo, y hacemos muchas bromas. Volvemos a la oficina en la que tomé el café y ahora me invitan a comer, han preparado expresamente un montón de cosas. Todo buenísimo. Son como mi abuela, tengo que luchar para que dejen de rellenarme el plato y ofrecerme nuevos manjares. Hacemos tiempo para que el chófer haga la digestión. Me explican un montón de cosas, por ejemplo, que en India no existen vacaciones, nunca. Sólo un día semanal y se pueden intentar pedir 4 o 5 al año. Este año el 15, que es la fiesta nacional cae en Lunes, y están ilusionados porque tendrán 2 días seguidos, el chófer quiere pedir 2 más, y con 4 irse a Tirutipati con su familia, el templo de peregrinación más importante de la región. Alucinan porque ya tengo trenes reservados para de aquí 10 días. Ellos nunca planifican con antelación, si supieran que ya tengo sacados unos billetes de avión para ir a Sevilla en Febrero....

Arrancamos otra vez. Vijaya me pide permiso para parar en un pueblo porque quiere comprar un montón de alimentos para hacer una "puja" (se pronuncia puya, ofrenda) a la diosa Durga, y en ese pueblo las cosas son de mejor calidad y más baratas que en Anantapur. Me pregunta si me enfado si paran, le digo que me enfadaré si no paramos. Funciona. Se compra de todo por 200 rupias, un dineral para ellos, pero me cuenta que es la puja más importante del año. Está super contenta. Necesitan agradecerme el "favor", primero quiere invitarme a café, pero acaban haciendo una cosa mucho mejor. Me paran en la atracción turística (de turismo indio, aquí no pasa nunca ningún extranjero) de la zona. Un gigante tumbado al que se puede entrar dentro. Le dejo que me pague las 10 rupias que vale entrar, es muy divertido, el chófer que es como un niño grande se dedica a jugar con el eco dentro del gigante.

Todavía volvemos a pararnos (me piden permiso) porque hay dos camiones que se han quedado tirados en una subida y nuestro chófer por lo visto es mecánico. Les ayuda y uno al menos, consigue arrancar de nuevo.

Y ya casi de noche, llegamos a Anantapur. Me despido de Vijaya emocionado por todo lo vivido, sin ella habría sido muy diferente. Cuando vuelva a España escribiré a la FVF explicándoles la gran guía que ha sido conmigo, e intentaré a ver si es posible mandar alguna cosa para sus hijos.

Aun no se han acabado las emociones del día. Hay programado a las 20:00 un festival de teatro de los niños de los colegios de la FVF para nosotros. Buenísimo, por lo visto, han ganado varios premios por la región y no me extraña. A alguna actuación costaba entrar porque eran cosas religiosas que no se entienden mucho, pero hubo 2 de grupos de niñas que bailaban, espectaculares.

En primera fila está Anna Ferrer, y al acabar el espectáculo, por grupos nos hacemos la foto oficial de la visita que luego nos regalarán. Una pena que del grupo con el que he estado, ya sólo quedan por aquí Queta y Miguel Angel. Que li farem...

Otra buena cena y a descansar, aun me queda un último día en la Fundación.