sábado, 20 de agosto de 2011

DIA 20 - MADURAI





Otro madrugón voluntario, quiero llegar lo más pronto posible a Madurai, por lo que a las 6:30 ya estoy en la parada de bus. Menos mal que llego pronto porque el autobús se acaba petando y no es plan de ir 4 horas sin asiento.

El trayecto es agradable como a la ida, ahora se bajan puertos de montaña con paisajes muy atractivos.

A los occidentales hay varias costumbres (o su ausencia) que nos incomodan bastante. Incluso hay gente que se agobia mucho y les condiciona su impresión de la India en general. Me refiero a la costumbre de no ejercer ningún control sobre pedos, eructos, escupitajos, etc, los sueltan en cualquier momento. Pues siempre suelo poner de ejemplo (no es mío, es el ejemplo más habitual) para relativizar las cosas que a ellos les parece increíble que nos sonemos los mocos en un pañuelo y lo guardemos en el bolsillo, les repugna profundamente. Pues en este autobús lo confirmé. Mis compañeros de fila, que no sabían nada de inglés, se callaron un buen rato pero no pudieron aguantar y me hicieron gestos para que abriera la ventana y tirara los múltiples kleenex que me estaba guardando en los bolsillos porque la manta del Greenland me puso falta por la alergia.

Cuando llego a Madurai, voy a la estación de tren, dejo allí la mochila porque por la noche ya cojo tren hacia Chennai y ya andando me voy hacia la principal atracción de esta ciudad, de todo Tamil Nadu y hay quien dice (a mi me parece exagerado) que de todo el sur de la India. Y es que al templo de Sri Meenakshi a veces se le llama el Taj Mahal del sur. Habiendo estado en los dos sitios la comparación es absurda. No tienen nada que ver una cosa con la otra. El Taj Mahal es un edificio de una belleza suprema, pero sólo es una "tumba privada"; el Sri Meenakshi arquitectónicamente es impresionante, pero tampoco destaca respecto a otros muchos templos, lo que tiene de especial es que es mucho más grande de lo habitual y sobretodo que dentro tiene muchísima vida porque siempre hay multitud de peregrinos que le dan al templo una espiritualidad que sobrecoge a cualquiera.

En la guía advierten de timos habituales alrededor del templo.Sastres pesados que te cuentan milongas para que no entres al templo y subas a azoteas suyas donde luego te agobian para que compres ropa. Pues esta vez me venían con la historia literalmente como dice la Lonely, tienen que renovar las tácticas urgentemente.

Entro al templo y me estoy hasta las 12:30 porque cada día lo cierran a esa hora, hasta las 16:00. Disfruto mucho la experiencia, aunque no hay elemento sorpresa porque ya´sabía como era el templo por dentro y porque en Kanchipuram viví una experiencia similar. Creo que hoy debe ser el día de Ganesh porque hay grandes colas alrededor de una estatua del Dios elefante, uno de los más populares de la India.

El rato que está el templo cerrado lo aprovecho para comer, callejear por la ciudad (menos caótica de lo que me esperaba) y acabar visitando el palacio de Tirumalai Nayak. Aunque está medio derruido, vale la pena. Me ha impresionado, y este año, al contrario que en el Norte he visto muy pocos palacios/fuertes. Vale la pena buscarlo.

Vuelvo al templo un poco antes que lo reabran porque quiero ver las colas que me imagino que habrá para entrar, y efectvamente, impresionante la de peregrinos, en este caso, bien organizados, separados por sexos, que se agolpan en las muchas puertas que tiene el complejo del templo. Otra vez me persiguen sastres mientras doy vueltas alrededor del templo, pesaditos...

Entro por segunda vez al templo, ahora por la tarde aun hay más vida que por la mañana. Sigue siendo impresionante.

Salgo un rato para buscar internet, beber algo tranquilamente, llamar a España y esperar que se haga de noche para entrar por tercera vez. En la entrada me encuentro a Quique y Cristina que acaban de llegar y van a entrar por primera vez. Me dicen que les está gustando Madurai y que se van a quedar un par de días. Al reencontrarlos, como me ha pasado con otros, tengo la sensación de conocerlos desde hace años no horas, aunque quizá acaben siendo efímeros (espero que no), son geniales los vínculos que se establecen viajando.

Cuando anochece vuelvo por tercera vez al templo, cada vez hay más actividad, me gusta más la experiencia que las otras veces, pero no me puedo quedar a una procesión que se hace diaria con las imágenes de Lakhsmi y Vishnu, una pena, pero no me quiero arriesgar a perder el tren. En esto, me paso de prudente, pero siempre me gusta llegar a las estaciones con por lo menos una hora de margen por si pasara cualquier cosa.

En consecuencia, no tengo cap problema para coger el tren. Este trayecto lo reservé desde Barcelona, antes de venir, pero ya estaba casi completo. Tuve que coger primera categoría, cuesta el doble de lo habitual. Tengo10 horas por delante hasta Chennai, a ver si vale la pena el sobreprecio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario